sábado, 2 de junio de 2012

EN NOMBRE DE LO JUSTO


EN NOMBRE DE LO JUSTO
A cada instante nos cruzamos con mucha “gente extraña” para nosotros, ya sea porque lleva algo extravagante, porque habla con un dejo especial, o porque simplemente es diferente a nosotros. Pero cada uno tiene maneras diferentes de reaccionar cuando interactúa con “gente extraña”.

Todos los días veo como la sociedad sufre por un déficit de aceptación, lo veo en la calle cuando alguien se cruza con “gente extraña”, en el transporte público, incluso en el trabajo; pero felizmente no todos somos iguales, cada uno tiene maneras diferentes de reaccionar. Me doy cuenta que hay personas que si saben cómo tratar una persona; sin esos prejuicios inútiles.

En cambio, existe otro puñado de personas que lo único que hacen es malograr el día de los demás, no solo el de “gente extraña” para ellos, sino también el de las personas que están alrededor,  con momentos incómodos e irracionales. Este grupo tiene una característica especial, es muy intolerante a lo diferente.

El otro día por ejemplo, estaba sentado en la combi con la mente en las nubes; sin embargo hubo un riña en pleno carro que me hizo aterrizar. Una señora se había indignado porque otra ya mayor se sentó a su costado. Sin ningún fundamento racional se levantó gritando incoherencias y humillando a la pobre anciana; felizmente el cobrador intervino y la señora problemática fue sacada de la combi.

La mujer mayor no fue la única que paso un mal momento, las demás personas que apreciamos el vergonzoso acto, también; incluso la propia señora maleducada lo pasó. Lo peor de todo es que no existía ninguna razón para que todo este problema se iniciara.

Estas vergonzosas e incómodas situaciones se pueden evitar, tan sólo necesitamos poner en su lugar a ese puñado de personas que malogran nuestros días, así como el cobrador lo hizo. ¿Dejaremos que nuestros días y el de gente inocente sean arruinados?

Por:
César Anthony Calle Espino

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