sábado, 2 de junio de 2012

Apología de Sócrates - Emanuel Rivera Martínez


Apología de Sócrates
Platón
Diálogos
137 paginas

Emanuel Rivera Martínez; Estudiante de Ingeniería Informática en la Universidad Lasalle Arequipa, Perú; erivera@ulasalle.edu.pe.

Platón es el primer gran filósofo ateniense que nos deja una amplia obra escrita. Discípulo de Sócrates, maestro de Aristóteles y creador de la Academia. Sus principales obras son “Critón” (Primeros diálogos o diálogos socráticos o de juventud), “Menexeno” (Época de Transición), “La República” (Época de madurez o diálogos críticos) y “Parménides” (Diálogo de vejez o diálogos críticos).

A diferencia de Sócrates, Platón escribió profusamente acerca de sus puntos de vista filosóficos, dejando un considerable número de manuscritos como legado. En las escrituras de Platón se pueden ver conceptos sobre las formas de gobierno, incluyendo la aristocracia como la ideal.

En Apología de Sócrates, se describe la defensa de Sócrates ante denuncias tan injustificadas como carentes lógica. Resalta, sobremanera, el valor de la verdad y la aceptación de los límites  del conocimiento humano, puesto en la frase o lema “Solo sé que nada sé”.

El libro está compuesto de alrededor de 4 capítulos. El 1ero no tiene nombre y trata acerca de las acusaciones a Sócrates por parte de Melito, Anito y Licón por supuestamente corromper a la juventud por decir “Sólo sé que nada sé” (Página 10), el 2do es Critón trata de cómo la obra se dramatiza aun más el peso argumental de la cuestión. Además al final se inserta un dialogo donde las leyes tienen un rol protagónico (Página 33), la 3era es Fedón y tiene un significado especial, pues narra los últimos instantes de la vida de Sócrates de una manera precisa y muy concreta (Página 45), y la 4ta es Menón  Sócrates analiza las presuposiciones  de un problema cotidiano para ir a un tema de fondo: El problema del conocimiento (Página 106).

La obra inicia con la autodefensa que Sócrates  se hace ante el pueblo de Atenas (Página 9).

Sócrates empieza por dejar en claro que es mentira lo que sus acusadores han dicho de él y que en su defensa, él si se ajustará, como siempre, a la verdad. Lanza además, una daga a algunos de los atenienses que lo juzgarán, pues cuando les solicita que lo disculpen, estos se niegan entonces Sócrates les dice que deberían de condenarse ellos también, por haberlo seguido en sus discursos.



Deja la impresión que Sócrates ya intuye el desenlace de este juicio. Acto seguido menciona a sus acusadores: Melito, Anito y Licón, que representan a los poetas, artífices y políticos y a los oradores, respectivamente.  Sócrates, dialogando con sus juzgadores, explica que Cherefón, su amigo de la infancia, un día fue a Delfos, preguntó al oráculo si había en el mundo un hombre más sabio que Sócrates y la Pita respondió que no. Sócrates intenta comprender el significado del oráculo y busca a hombres sabios: poetas, políticos, oradores y artífices para corroborar que si existen hombres más sabios que él, sin embargo, se percata que, a los ojos de casi todos, estos pasaban por sabios sin serlo. Intentó convencerlos de tal error y esto le generó el odio de muchos. Esto, que ha sido el origen del odio que le tienen, será lo que posiblemente, termine siendo la causa de su condena, pues está confirmando con sus propias palabras, lo que de boca en boca se transmitido y entre los 500 que lo juzgan, sin lugar a dudas, habrán habido: poetas, políticos y artífices. Termina reafirmando: "Por esto es por lo que se me odia, por decir la verdad. En vista que está siendo acusado de corromper a los jóvenes, descarga su furia contra Melito, haciendo ver que si él corrompiera a la juventud, de manera intencional, se estaría exponiendo a que ellos mismos lo dañaran luego y por lo tanto, se estaría dañando a sí mismo.  Para concluir, Sócrates afirma no temer a la muerte y asegura que no actuará de manera contraria a su deber religioso, por lo que confiará plenamente en su sólida argumentación y en la verdad para ganarse el veredicto. El jurado, sin embargo, lo encuentra culpable. Sin extrañarse, Sócrates acepta la condena.  Es mejor esforzarse en ser más virtuoso. Se dirige luego a los jueces que lo absolvieron y les dice que no deben temer a la muerte, que la muerte no es un mal, sino un bien. Luego se despide para siempre de ellos.

En mi opinión Sócrates ha llevado muy bien el juicio desde su cabeza. Me explico: A él no le importaba morir, según él lo sabía y jamás se iba a dejar doblegar y perder así su dignidad moral, las argumentaciones hechas por Sócrates, la verdad es que me han dejado impresionado ya que buscaba muy bien el fallo de Meleto. Recomiendo este excelente libro.

Conclusión:
Finalmente, Sócrates no buscaba su absolución, como sabía ya lo que iba a ocurrir se resignó, pero de todas formas me ha parecido impresionante la forma de argumentar de Sócrates (o es que Meleto era un torpe).

Bibliografía:
-          Platón, “Critón” (Primeros diálogos o diálogos socráticos o de juventud)
-          Platón, “Menexeno” (Época de Transición)
-          Platón, “La República” (Época de madurez o diálogos críticos)
-          Platón, “Parménides” (Diálogo de vejez o diálogos críticos).


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