El perro se comió mi tarea, se
corto la luz, no tenia internet, la impresora no tiene tinta, mi compañero
tiene la tarea pero no vino, lo olvide por que nos dejan muchas tareas.
El pobre Fido tenia debilidad por los problemas de Coveñas. |
Tenemos aquí las típicas excusas, que se oyen en un salón de clases de
secundaria e incluso en algunos de primer semestre universitario, los cuales muchas veces se resignan a aceptar
estas situaciones (¡cuidado!) entendiendo el proceso de transición de educación
media a educación superior.
Antes que nada debemos entender que las tareas son filtros, de
capacidades y de actitudes, viendo esta importancia entonces ¿Por qué no
simplemente hacerlas? ¿Por qué dejar que se acumulen? , básicamente las razones
van desde falta de tiempo, subestimación de la dificultad de las tareas o de
las propias habilidades, frustración y antipatía contra el curso o el profesor,
pero sobretodo estamos mal acostumbrados a la poca exigencia en el colegio, el
pase fácil, esto dificulta el adaptarse al nivel universitario.
Ahora, si no lo hacen es porque están acostumbrados a la sanción, a la
excusa, al “golpe”, o al premio (esos puntitos extras que nos hacen tanta
falta) y no al beneficio que les dará a largo plazo como personas responsables.
José intenta terminar la tarea que le dejaron ayer en la hora de recreo. |
¿Soluciones? Primero, cultivar en casa la responsabilidad por un tema de
principio y no de criterio, no de premio, erradicar la pésima costumbre de las
excusas injustificables, el tener mucho cuidado con los profesores muy
contemplativos y/o poco exigentes, buscar formas de ser mas dinámico a la hora de dejar tareas y por ultimo que
tratar de ser mas enfáticos a la hora de mostrar las consecuencias cuando son
incumplidos.
Por: Andrés Becerra Rodríguez
Joan Manuel Añazco Bolívar
Paulo José Bejarano Vargas
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